AUZATEA
En muchos pueblos de Sakana hay costumbre de hacer auzates o almuerzos. “no está claro de donde viene esta costumbre”. Cada día preparan algo diferente las distintas sociedades, y el ayuntamiento pone la bebida. Suele ser en la plaza, delante del ayuntamiento o en el estalope y acuden gran cantidad de vecinos.
El ayuntamiento aporta una cantidad de dinero a cada sociedad y ésta decide qué es lo que va a preparar para el auzate.Normalmente suele ser carne guisada, ajoarriero, tripekis…
Los auzates de fiestas: El sábado 20:30 preparado por las sociedades: Hartzabal, Etxe-Azpi, Udaberri, Larrañeta y Karrikestu . El domingo 11:30 preparado por la sociedad Gure Etxea. El lunes 11:30 preparado por la sociedad Etxe-Azpi. El martes 11:30 preparado por la sociedad Udaberri. El miercoles11:30 preparado por la sociedad Hartzabal . El jueves 11:30 preparado por los kintos.
Además de la costumbre del auzate, en Etxarri tenemos otra tradición que viene de antiguo: las tazas que se utilizan en el auzate. Son de plata y se guardan en el ayuntamiento. Solo se sacan en días señalados de fiesta y las usan todos los vecinos, cuando uno ha terminado de beber se la deja a otro. Algunas tazas “katilu –barkilu” llevan el escudo del pueblo dibujado.
Katilu – Barquillo
Recipiente de plata en el que ofrecen vino a los vecinos durante las fiestas y romerías. La costumbre de obsequiar con vino en los citados recipientes se extiende por los ayuntamientos de casi todos los pueblos de Sakana a lo largo del río Arakil.
Las tazas también son conocidas por otros nombres: “barquilla”, “tacita de plata” y “katillo”. Su utilización sera posiblemente reminiscencia de las viñas cultivadas en el valle, sobre todo en Irañeta y Huarte-Araquil. Y aunque a finales del siglo XVII se abandonó la vid debió de quedar la costumbre de catar los vinos con los barquillos.
El vino que se repartía con ellos en las romerías de Etxarri Aranatz, por ejemplo, era a costa del sisero, que teniendo a su cargo las sisas del vino, debía repartirlo gratis en cuatro fiestas: San Ciríaco, San Adrián, Amaletai y la Asunción.
Los barquillos son de plata maciza, y repujada para que a la luz se vean las irisaciones del vino antes de catarlo. Hablando en términos generales, son de una capacidad media de 150-160 c/c., con un diámetro de 9-11 centímetros, una altura de recipiente de 3-4 cm y con dos asas. Llevan la fecha y punzón del platero y una inscripción abreviada o no del ayuntamiento y calle a que pertenecen.
Hasta no hace mucho tiempo los encargados del auzate o reparto del vino gratis, eran los buruzaiek o Mayordomos, uno por cada calle del pueblo y que tenía a su cargo un jarro y dos tazas con el nombre de la misma. El número que de ellas había en cada pueblo, normalmente era ocho y correspondían dos por calle a las cuatro principales.
En la actualidad todos los días de fiesta hay auzate por la mañana o por la tarde, con vino a cuenta del ayuntamiento, que es libre, para todo el que quiera tomarlo, junto a la barrica, se encuentran varios trabajadores del ayuntamiento, que van sacando el vino de la barrica a las jarras de barro para unos cinco litros y de éstas escancia a los barquillos.
El consumo es notable, pues en la romería de San Adrián de Echarri-Aranaz, por ejemplo, se reparte hasta 1.200 litros de esta forma, en cuatro barquillos con los nombres de las cuatro viejas calles: Txikia, Hualde, Mundiño y Maitza.
Frente a los reparos que alguno pueda sentir al beber en estos recipientes, puesto que no se lavan entre una y otra consumición, es creencia general, que la plata impide todo contagio.