18/03/2021
MOTXILADUN UMEAK, moción presentada por Etxarriko SARE:
Covid19 + alejamiento = huérfano, esa es ahora mismo la realidad de las niñas y niños de la mochila. Durante muchos años niñas, niños y adolescentes se han visto obligados a realizar viajes interminables para poder besar a su madre, a su padre, o a ambos. La pandemia que vivimos este año ha provocado que surja un nuevo obstáculo en la relación entre las niñas y niños de la mochila y sus madres y padres presos.
Ahora mismo hay en Euskal Herria 86 menores de 18 años que tienen uno o ambos progenitores en prisión (hasta ahora tres en nuestro pueblo, dos desde ayer), además de varios jóvenes mayores de 18 años (dos de ellos en nuestro pueblo). Varios de ellos llevan 10 meses sin abrazar a sus padres; pueden escuchar su voz a través de una llamada pero no pueden verlos, no pueden tocarlos, no pueden jugar con ellos y no pueden besarlos; todo esto con todas las consecuencias que puede tener en el desarrollo de un niño o una niña.
Esta situación es inaceptable. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos confirma que los niños con padres encarcelados tienen los mismos derechos que el resto de disfrutar de la compañía de sus padres. Es un elemento fundamental en la vida familiar y, por ello, que las autoridades penitenciarias permitan a los presos estar en contacto con sus hijas e hijos es indispensable para garantizar el derecho al respeto a la vida familiar; sin embargo los derechos de los niños de la mochila siguen siendo reiteradamente vulnerados.
Los presos vascos están más aislados que nunca por el Covid19, la vulneración de derechos es aún más violenta y no se cumple la ley que dice les corresponde estar en la cárcel más cercana a su domicilio.
Los padres y madres presas, por el hecho de serlo no dejan de ser madres, pero la política penitenciaria de excepción les impone esta pena añadida.
No pueden mantener una relación normalizada con sus hijos o hijas porque las ven una vez al mes y no conocen su día a día; en resumen, no pueden ejercer el papel de padres estando alejados de sus hijas y en régimen cerrado. La aplicación de la ley en algunos casos ha demostrado que aun estando presos existen posibilidades de seguir siendo padres, mediante permisos especiales o pulseras telemáticas. Si no fuera por la legislación de excepción que se les aplica, los niños y niñas de la mochila no tendrían porqué sufrir tamaña ausencia. De hecho, la mayoría de las madres y padres presos se encontrarían en una situación totalmente diferente si estuvieran en cárceles de Euskal Herria, dándoles la posibilidad de disfrutar de permisos ocasionales para salir a casa, disfrutar de la libertad condicional porque tienen cumplidos los tres cuartas partes de la condena, o cumplir lo que les queda en régimen de tercer grado yendo a la cárcel solo a dormir.
Afortunadamente desde ayer en nuestro pueblo hay un niño de la mochila menos, un sufrimiento menos. Pero desgraciadamente todavía, los padres de los niños Amets y Aize y de los jóvenes Xochitl e Izar siguen alejados a cientos de kilómetros, y esto no es justo.
Por ello, el Ayuntamiento de Etxarri Aranatz solicita a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que, en base de todo lo expuesto, adopte las medidas necesarias que garanticen los derechos de estos menores y jóvenes, permitiéndoles, por tanto, relacionarse con su padre y su entorno familiar.
SOLICITAMOS:
El traslado de Asier Karrera, Jaun Ramón Karasatorre y Unai Parot a cárceles de Euskal Herria.
Este Ayuntamiento remitirá este acuerdo a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, al encontrarse estas personas bajo la jurisdicción y vigilancia de dichas instituciones.
Etxarri Aranatz, a 15 de marzo de 2021